Fotografia infantil.
Si ser fotógrafo de bodas supone someterse a un estrés en cada reportaje de boda, la Fotografía infantil, en cambio, me permite realizar un tipo de reportaje que me encanta.
Me gusta la fotografía infantil por el hecho en sí de los protagonistas, los niños.
La fotografía infantil además te permite realizar el trabajo de forma amena, sosegada, sin estrés excesivo. Y la verdad, es emocionante y muy reconfortante, porque te llevas el mejor premio posible: la sonrisa y el beso de una niña.
Este reportaje de fotografía infantil que os cuento, se hizo en dos sesiones. Para la primera, nos trasladamos a Navacerrada; fuimos al Puerto de la Morcuera, donde Anita se divirtió de lo lindo. Le encanta la nieve. Ella es alegre, simpática y divertida, pero sobre todo, derrocha amor y sensibilidad en cada gesto. Enseguida se olvidó de que había una cámara de fotos delante y se puso «a lo suyo», o sea, a fabricar un muñequito de nieve.
Después de la nieve, fotos en el Parque del Capricho.
La segunda sesión de estas fotos de fotografía infantil, fuimos a uno de esos lugares en Madrid que uno no puede perderse. Siendo uno de los más hermosos parques, es en cambio un gran desconocido. Estoy hablando del Parque del Capricho. Este parque lo conozco bien al haber hecho muchos reportajes de pareja a novios tras la pertinente ceremonia de boda. Hacía tiempo que no venía, la verdad, y ello porque «trabajar» aquí se ha puesto de los más difícil e incómodo. Además los vigilantes ponen un excesivo celo, que ralla en la antipatía; siento decirlo así, pero no me queda otra.
Recuerdo hace años cuando venía por aquí con parejas de novios. Me movía por donde quería (siempre respetando el entorno, que conste). Pero debido a otros «profesionales» que no lo han respetado, ahora hay mucho más control de acceso, se limita la entrada, y se han cercado prácticamente todos los lugares. Realmente han dejando poco margen para moverse por el interior, debiendo circular por los senderos habilitados. Y que conste que recomiendo su visita. Es un parque que merece la pena disfrutarlo.
Dicho este alegato (no me podía callar), caminamos un poco hacia adentro. Andamos poco la verdad, para que Anita no se cansase rápidamente. Enseguida se puso a jugar y corretear, a esconderse entre la arboleda. Y siempre entre sus brazos, sus dos inseparables muñecos que tiene desde que era bebé, de los que no se separa ni un momento. Su sonrisa me cautivaba. ¡¡¡Es tan amorosa!!!. Tras un rato divirtiéndonos juntos, dimos por concluido este reportaje de fotografía infantil que tanto me gusta hacer y con el que disfruté mucho.
Pepe Valenciano – fotografía infantil
«Todo niño viene al mundo con cierto sentido del amor,
pero depende de los padres, de los amigos,
que este amor salve o condene»
(Graham Greene, novelista inglés, alumno de la Universidad de Oxford, apasionado defensor de los «peques»,
autor de numerosos libros y novelas muchas de las cuales fueron llevadas al cine) (1904 – 1991)
