Boda en el embarcadero

Boda en el embarcadero

Tenía ganas de contaros esta boda en el embarcadero. Concretamente, en el Complejo La Cigüeña, a las afueras de Madrid. Y es que los novios eran de lo más divertido. Ya me fui dando cuenta de ello cuando hicimos el reportaje de fotos de preboda en Parque Europa, en Torrejón. Aquí descubrí una pareja encantadora, amante de sus dos perritos que no faltaron a la sesión de preboda.

LAS FOTOS DE LOS PREPARATIVOS DE LOS NOVIOS.

Boda en el embarcadero

En esta ocasión todo fue más fácil. Me explico. El Complejo La Cigüeña, donde se celebró todo, cuenta con unos espléndidos bungalows. Así que los novios tenían uno cada uno donde se fueron vistiendo.

Boda en el embarcadero

Empecé por el novio. Sergio se divertía mientras se vestía. Muy guapote él, fue vistiéndose minuciosamente. Llegados a este punto tengo que contaros algo divertido. Como fotógrafo de bodas, me voy encontrando situaciones curiosas, cuando menos. Cosas que van ocurriendo y que no te esperas. Resulta que el novio se dio cuenta que en su inmaculado traje no habían previsto una sujección para los tirantes. Así que hubo que buscar un costurero de emergencia y… manos a la obra.

DESPUÉS DEL NOVIO, LA NOVIA.

Boda en el embarcadero

Si el novio estaba radiante, qué no decir de Zahara, la novia. Espléndida. Rebosaba alegría y unas ganas enormes de divertirse. Poco a poco se fue vistiendo. Antes, los últimos toques de peinado y maquillaje; estas escenas previas a vestirse, me encanta fotografiarlas.

Boda en el embarcadero

Mientras terminaba con ella la esteticien, yo aprovechaba para fotografiar los detalles del traje, zapatos, anillos, y el traje, claro. Fotografiar los detalles previos, es algo que luego los novios recuerdan con cariño. Todo transcurre tan rápido que agradecen a su fotógrafo de bodas que se tome un poco de tiempo en captar estas imágenes.

CEREMONIA DE LA BODA EN EL EMBARCADERO.

Boda en el embarcadero

La ceremonia de la boda en el embarcadero fue allí mismo, en La Cigüeña. Tienen preparada una capilla para bodas religiosas, y un espacio para la Ceremonia Civil. Tras la entrada solemne de los novios, la ceremonia fue transcurriendo con alegría. Los novios se fueron emocionando por momentos. Especialmente emocionante fue cuando fueron tomando la palabra algunos amigos y amigas que hablaron de ellos.

Boda en el embarcadero

Ahí aparecieron algunas lagrimillas que conseguí captar. Por algo tengo por eslogan, Fotografía Emocional; captar las emociones de una boda en particular, y de un evento en general, forman parte de mi actividad creativa en la fotografía. La fotografía de boda no tendría sentido para mí si me olvidase de captar las emociones, los momentos emocionales.

El momento de los anillos fue mágico. Los novios se miraban emocionados. Y sobre todo, muy enamorados. Tras las firmas, de nuevo las lágrimas aparecieron cuando alguien muy allegado tomó la palabra.

REPORTAJE DE PAREJA EN EL CAMPO.

Boda en el embarcadero

Tras la ceremonia, nos tomamos un rato para hacer unas fotos de pareja. Algo habitual. Fuimos paseando por los rincones de la Finca La Cigüeña. Y llegamos al embarcadero. Ya relajados y felices, los novios estaban a lo suyo. Al haber hecho las fotos de preboda, todo resultó más sencillo, más fácil y sobre todo, más cómodo para ellos.  Y también para mí.

EL FOTOGRAFO DE BODAS ESTABA AHÍ.

Boda en el embarcadero

Ya terminando las fotos de pareja ocurrió algo inesperado. Según se besaban los novios, aparecieron de repente tres amigos invitados que iban hacia el cóctel. Sus caras de sorpresa ante el romántico beso, fueron captadas por mi cámara. Al verlos rehíce la composición, consiguiendo una foto que me encanta y que para mí es de lo mejor de esta boda en el embarcadero.

EL NOVIO, UN SPEAKER DE PRIMERA.

Boda en el embarcadero

El banquete resultó divertido. A media cena, los novios fueron paseando, micrófono en mano, por todas las mesas. Para cada mesa tenía algunas palabras. Todas emotivas. En especial, las dedicadas a la familia de Zahara, su nueva familia. Al igual que las dedicadas a sus compañeros de trabajo. A Sergio se le dio muy bien lo del micrófono. Yo iba detrás de él con mis dos cámaras colgando, captando todos esos momentos.

Boda en el embarcadero

El divertido baile puso fin a esta boda en el embarcadero que os he contado. Realmente me siento afortunado por haber sido partícipe de este enlace. Sólo me queda por deciros a Sergio y Zahara: ¡¡que seáis muy felices y hasta siempre!!.

«Un loco enamorado sería capaz de hacer fuegos artificiales con el sol, la luna y las estrellas, para recuperar a su amada.»

Goethe (1749-1832)

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